Camina don Elefante
distinguido y elegante,
viste levita radiante,
sombrero y guantes.
Encontró a Doña Serpiente
que le dijo sonriente:
-“Donde vas tan elegante
cual si fueras un infante”.
-“A una gala importante
de un gran almirante”.
contestó petulante
con actitud distante.
Continuó Doña Serpiente
su camino velozmente.
Don Elefante contrariado
se sitió muy agraviado.
Se cruzó a Doña Pantera
que le dijo zalamera:
-“Donde vas tan galante
que pareces un postulante”.
Respondió Don Elefante
sin perder un instante.
-“A lucir mi gran belleza
a una fiesta de la nobleza”.
Se marchó Doña Pantera
iniciando su carrera.
Él de nuevo confundido
no entendía lo ocurrido.
Siguió arrogante su camino,
sin importarle un comino
los gestos que le indicaban
que quizá se equivocaba.
Acabó Don Elefante,
con su porte y su talante,
en un circo, de atracción,
con una foca y un león.