jueves, 12 de julio de 2018

Antón es un gran león





Antón es un gran león,


un león insaciable,


un gran depredador,


de afán incalculable.




Antón es un gran león.


Sea cual sea la hora,


y a la mínima ocasión,


lo que pilla, lo devora.




No le importa el tema,


ni si quiera el argumento,


si es de risa o de pena,


o si es teatro o cuento.




Y mucho menos el autor,


el género o el estilo.


Hasta podría ser de amor,


aunque pierda el hilo.




Cualquier libro lo devora.


Es por eso que Antón,


que lee a toda hora,


es un gran león.

Versos incluidos en el título “Animalversos o versos de animales”, tercer volumen de la colección “Versos para Fresa y Frambuesa”, disponible en Ámazon 

https://www.amazon.es/dp/B08BF2PNDZ y https://www.amazon.es/dp/B08BF2V4P9 

(ilustraciones en blanco y negro, o en color, respectivamente)










miércoles, 11 de julio de 2018

Ramón el camaleón


Se ha levantado hoy Ramón

algo dormido y muy cansado.

Dice que eso de ser un león

no está nada bien pagado

 

Y de lo que más se queja,

es de dormir en el exterior:

“Sin un techo que te proteja,

pasando siempre frío o calor”.

 

Por eso hoy se ha revelado.

Dice que no le da la gana,

que ya está muy cansado

de dormir en la sabana.

 

“Donde esté una buena cama,

con su colcha y sus sábanas,

que se quite la sabana

y esas tierras bárbaras”.

 

Sin pensarlo ni un momento,

en cuanto tuvo una ocasión,

y sin el mínimo miramiento,

Ramón se ha hecho camaleón.





sábado, 7 de julio de 2018

La madrastra


Ya está muy harta

la vieja madrastra

de ser siempre la mala

haga lo que haga.



De ser la culpable

de todo lo que pase.

De cualquier delito,

del menor descuido.



Escritores y literatos,

de cuentos y relatos,

le crearon esa fama

de egoísta y mala.



Le acusaron de orgullosa,

incluso de vanidosa.

Unas veces de pedante,

y otras de arrogante.



Porque ella no es bella,

ni tampoco una doncella.

Porque no es hermosa,

ni una actriz famosa.



Pues ya se ha cansado,

y los cuentos ha dejado.

Se marchó a Benidorm

a vivir de su pensión.



A gozar de la playa

tumbada en su toalla,

A disfrutar del sol,

y a jugar al chinchón.



Sin viejas ruecas averiadas,

ni manzanas envenenadas.

Sin espejos mágicos,

ni finales trágicos.



A ver a quien culpan ahora

de todas esas cosas

de las que le acusaban

cuando ella estaba.