sábado, 7 de julio de 2018

La madrastra


Ya está muy harta

la vieja madrastra

de ser siempre la mala

haga lo que haga.



De ser la culpable

de todo lo que pase.

De cualquier delito,

del menor descuido.



Escritores y literatos,

de cuentos y relatos,

le crearon esa fama

de egoísta y mala.



Le acusaron de orgullosa,

incluso de vanidosa.

Unas veces de pedante,

y otras de arrogante.



Porque ella no es bella,

ni tampoco una doncella.

Porque no es hermosa,

ni una actriz famosa.



Pues ya se ha cansado,

y los cuentos ha dejado.

Se marchó a Benidorm

a vivir de su pensión.



A gozar de la playa

tumbada en su toalla,

A disfrutar del sol,

y a jugar al chinchón.



Sin viejas ruecas averiadas,

ni manzanas envenenadas.

Sin espejos mágicos,

ni finales trágicos.



A ver a quien culpan ahora

de todas esas cosas

de las que le acusaban

cuando ella estaba.











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