domingo, 17 de febrero de 2019

La bella durmiente



Duerme plácidamente

la bella durmiente.

Duerme muy relajada

en su lecho sin almohada.



Es la futura reina

algo vanidosa y relamida.

Presume de sangre azul,

y siempre viste de tul.



Llegó esta madrugada,

tan agobiada y cansada,

que no se quitó el traje

ni se limpió el maquillaje.



Atravesando bosques,

ríos, peñas y montes,

galopa un apuesto galán

hasta allí sin parar.



En la corte le dijeron

que si era el primero

en besar a la princesa

de su amor sería presa.



Viéndola así dormida,

a su lado se arrodilla,

y la besa al instante

con todo el mundo delante.



Al sentirse ella besada,

se despierta sobresaltada

y le recrimina sin recato:

“¿Qué haces mentecato?”



“No puede una descansar

sin que la vengan a molestar.

Vete por donde has venido,

que yo no quiero marido.”