En la orquesta sinfónica
hay un poco descontrol,
aunque no sea la tónica,
falta algo de organización.
Quiere el contrabajo
dirigir él la orquesta
tocando todos a destajo,
pero la flauta protesta.
También lo hace el trombón,
que lleno de indignación,
no quiere perder la ocasión
para hacer oír su voz.
Luego protesta el arpa
por oír tanto escándalo:
“Que ya esta una harta
de aguantar tanto bándalo.”
Incluso el clavicordio:
“Presten todos atención,
que si no es un incordio
tocar cualquier canción.”
Interviene raudo el violín
para poner algo de paz:
“La pelea no tendrá fin
si no le ponen voluntad.”
Y resuelve el clarinete:
“Tanta bronca y discusión
se acababan en un periquete
si tuviéramos un Director”
Hasta que llega la batuta
y consigue al fin mediar
para resolver una disputa
que no parecía tener final.
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