Pasó en un convento
en un lejano día,
pudo ser un cuento
o solo habladurías.
Paca era una urraca,
Pedro un cuervo,
ella negra y blanca,
él todo negro.
Lucían en solitario
hábito y sotana
en su paseo diario
de cada mañana.
Pedro sintió
un dulce pálpito
cuando la vio
vistiendo hábito.
Paca sintió
una corazonada
cuando lo vio
vistiendo sotana.
Y sin ningún motivo,
sin pensar en nada,
unieron sus destinos
desde esa mañana,
y Pedro y Paca
juntos pasearon,
cuervo y urraca
juntos volaron.
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