¡Que cara tiene Teomiro!,
toda la noche de fiesta
y ahora hace la siesta,
¡que golfo este vampiro!.
En cuanto sale la luna
se engalana con su capa,
la mas vistosa y guapa,
y se escapa con la tuna.
En busca de un chupito
se acerca a cualquiera,
y de cualquier manera
siempre saca un sorbito.
Una noche y otra noche,
y como además sabe volar
se mueve a cualquier lugar
sin necesidad de coche.
Con todo insiste Teomiro:
“No puedo hacer el ganso
sin parar y sin descanso,
no puedo mas y me retiro”.
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