sábado, 28 de noviembre de 2015

Fiesta en el mar



La señora gamba
baila la samba,
mientras don camarón
le canta una canción.

El señor calamar
también quiere bailar,
por eso doña medusa
ya no tiene excusa.

Ignacio, el pez manta
es ahora quien canta,
lo escucha el pez roca
que ya no abre la boca.

Miguel el salmón
toca el saxofón.
y Rosa la palometa
toca la trompeta.

Tarará, tarari, tararero,
resopla el trompetero,
rataclá, rataclá, ratacleta,
repica la castañeta.

- “Yo tocaré el arpa”,
dice agitada la carpa.
- “Mejor en otra ocasión”,
le reprime el boquerón

El viejo tiburón
sirvió garrafón,
y el lenguado
se ha mareado

Emilio, el atún,
sale al tun tun,
y doña cabracha
está algo borracha.

-“¿Queda limonada?”,
pregunta el pez espada.
-“No, no queda nada”,
contesta la dorada.

Se fue el pez luna,
es mas de la una,
y también la piraña,
a nadie le extraña.

-“Que nadie se escape”,
grita Pepe el rape,
-“No, yo no les dejo”,
asegura el abadejo

- “Yo aguanto hasta las siete”,
presume el salmonete.
- “Yo hasta madrugada”,
apuesta la lenguada

Herminia, la cigala,
se vistió de gala,
Ramón, el mejillón,
lo hizo para la ocasión.

Esta fiesta es divina
exclama la sardina,
a mi me fascina,
afirma la lubina.

Esta fiesta en el mar
nunca va a acabar,
pues no llega el delfín
que es quien trae el fin.


miércoles, 28 de octubre de 2015

Mi caballo de cartón


Tengo un caballo especial,

un caballo muy personal.
Es un caballo sin igual,
y bastante original.

No es un apuesto alazán,

es más bien holgazán.
No es un caballo bayo,
y no corre como el rayo.

No es de color azabache,

ni salta ningún bache.
Tampoco es de color tordo,
ni esquiva ningún estorbo.

No consigo que galope,

ni siquiera que trote.
Es su ritmo tan escaso
que nunca pasa del paso.

Con él no viviré lances peligrosos,

ni saltaremos saltos vertiginosos,
y tampoco correremos el maratón.
Pero es… mi caballo de cartón