sábado, 23 de noviembre de 2019

Peter Pan


Ya se cansó Peter Pan
de tener que madrugar
y de no poder ir a jugar
por tener que estudiar.

Peter no quería madurar
y estar obligado a trabajar,
ni tener preocupaciones
como todos los mayores.

Se fue a Nunca Jamás,
un sorprendente lugar
donde siempre sería niño
y cumpliría sus caprichos.

Allí conoció a Campanilla,
otra antojadiza chiquilla
que presumía de que volaba.
Con polvo de hada. ¡Casi nada!

A los niños perdidos,
que vivían en el olvido.
Y al capitán Garfio,
un pirata muy zafio.
  
Estaba en Nunca Jamás,
viviendo como un maharajá,
siempre de vacaciones,
sin tener obligaciones,

hasta que Wendy llegó,
y con él se mosqueó
diciéndole con razón:
“No evitarás ser mayor”

“No insistas, déjame ya”.
-Le respondió Peter Pan-
“No quiero hacerme mayor,
porque sé que es un error.

No quiero tener jaqueca
por pagar la hipoteca
de una casa con piscina.
Ni trabajar en una oficina

para cumplir a diario
con un estricto horario.
Ni agobiarme por la tensión,
el ácido úrico o el colesterol.” 




Versos incluidos en el título “Cuentos tergiversados”, segundo volumen de la colección “Versos para Fresa y Frambuesa”, disponible en Ámazon https://www.amazon.es/dp/B08BF2V4PV y https://www.amazon.es/dp/B08BR89R5F (ilustraciones en blanco y negro, o en color, respectivamente)






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