sábado, 18 de mayo de 2019

Cayo el papagayo



Es el señor Cayo

un noble de Roma.

Un noble papagayo,

aunque parezca broma.



Sin cultura ni ciencia

llegó a ser senador,

por su gracia y elocuencia,

y por ser muy hablador.



Él no decía nada,

tan solo repetía

todo lo que escuchaba,

a cualquier hora del día.



Por eso le admiran,

aunque no tenga linaje,

por eso le envidian,

y por su colorido plumaje.



Consiguió tal fama

entre nobles y lacayos,

que todos allí le llaman:

Cayo el papagayo.



A él le incomoda la fama.

Ser ilustre y popular

le molesta y no le llama,

y repite sin parar:



“Aunque viva en Roma,

no soy un Papa,

aunque tenga plumón,

no soy un gallo,

y he llegado a senador,

siendo un papagayo.”


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