Empieza a estar
Honorata
ya un poquito harta,
de que siempre les
carguen
con todos los males.
En cuanto surge la
duda
les echan toda la
culpa,
de transmitir
dolencias,
infecciones y
molestias.
Con tanta habladuría
como oye cada día,
ella no pierde la
ocasión
de aclarar la
situación:
"Sí que chupamos la sangre.
Muy poca, no se me
alarmen.
Pero no causamos
dolores,
ni provocamos picores.
Sólo esperamos
pacientes
a que un animal se
acerque,
para subirnos a su
pelaje
e iniciar juntos el
viaje.
Nosotras las
garrapatas,
sin garras, pero con
patas,
somos gente de paz
y sólo queremos
viajar."
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