sábado, 26 de diciembre de 2020

Cruella de Vil

 

Os hablaré con cautela

de la señora Cruella,

una señora tan vil

que se llama de Vil.

 

Una señora importante

pero algo extravagante;

llevar un abrigo de piel

es su máximo placer.

 

Se viste muy elegante;

siempre lleva guantes,

y fuma con una boquilla

que llega a las rodillas.

 

Quiso hacerse un abrigo

para lucir con sus amigos,

un abrigo muy especial,

que no hubiera otro igual,

 

con la piel de unos dálmatas.

Muchos, una suma bárbara,

no diez, ni once ni veintiuno,

nada menos que ciento uno.

 

Los intentó secuestrar,

pero el plan salió mal,

salieron todos por patas

y se fueron para casa.

 

Más de cien cachorros

se fugaron en los morros

de Cruella y sus secuaces,

con tan feliz desenlace.

 

Así acabó la historia

que llevó a la gloria

a una señora tan vil

como Cruella de Vil.



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