(Verso en el escenario, situado en su lugar.
En el fondo una imagen del bosque, con un río que se prolonga por el escenario.
Se oye el sonido del agua del río que corre. Entran en escena Barrufet y Ratón,
caminando y hablando).
Verso: Seguirán
juntos caminando,
en
su camino avanzando,.
y
ambos seguirán disfrutando
de
la amistad que está germinando.
Pero
cuando el río logran alcanzar
está
a punto de desbordar,
esta
ingrata sorpresa
pone
en peligro su empresa.
Con
la intervención de castor,
otro
amigo, también roedor,
les
dará la solución
y
resolverán la situación.
Ratón: (aguzando
el oído)
¿Qué
es ese rumor
que
se oye alrededor?
Barrufet: El agua de un
río
que
parece bajar bravío,
un
río que deberemos cruzar
para
poder llegar a tu hogar.
Ratón: Yo
nunca he nadado,
no sé qué has pensado,
pero
si eso ha sido
dalo
por desistido.
Barrufet: No te has de
preocupar,
conozco un lugar
por
el que para cruzar
no
deberás nadar.
Verso: Al río por
fin logran llegar,
y
al ver que va a desbordar
en
ese mismo instante
les cambio el semblante.
Ratón: (Ratón con asombro)
¿Por este lugar
deberé
cruzar
sin
saber nadar?,
¿me
quieres ahogar?.
Barrufet: Soy el primer
sorprendido,
nunca
vino tan crecido.
Ratón: (Enojado)
También
para esta ocasión
habrá una explicación.
Barrufet: Déjame
pensar…,
creo
que lo puedo explicar.
Un duro y frío invierno pasó
hasta que la primavera llegó,
en
el que hubo grandes nevadas
que
se mantuvieron heladas.
Ríos
y arroyos crecieron,
pues
los rayos del sol fundieron
las
nieves de las cordilleras
almacenadas
en las neveras.
Ratón: ¿Tienes alguna previsión
de
lo que durará esta situación?.
Barrufet: Es fácil
equivocarse
pero
si hay que aventurarse
te
diré que podría prolongarse .
Ratón: (Desesperado).
Por
favor.., no puede ser,
no
me lo puedo creer.
Barrufet: No caigamos
en la desesperación,
habrá
alguna solución,
si
nos ponemos a pensar
la
podremos encontrar.
Verso: Y aparece
despistado
un
nuevo invitado.
(Aparece en escena Castor).
Castor: Perdonar mi
intervención,
pero
he oído vuestra conversación
y no comprendo la preocupación,
creció
el río, no es una inundación.
Ratón: Para
ti no es importante
por
eso estás tan campante,
aunque
no sea una inundación,
si
tú estuvieras en mi situación
otro
gallo cantaría,
también
te preocuparía.
Castor ¿Cual es esa
situación
que
te llena de preocupación?
Barrufet: Debe el río
cruzar
para
regresar a su hogar.
Castor: No veo el
problema,
ni
la razón de tanta pena.
Ratón: (Desesperado,
entre sollozos).
¿Cómo
no me voy a apenar?,
nunca aprendí a nadar,
y
si intento cruzar
me
voy a ahogar.
Barrufet: Habíamos
pensado
cruzar
por este lado
donde
generalmente
no
hay tanta corriente
y
se puede cruzar
sin
saber nadar.
Castor: Dejar el
sofocón
para
mejor ocasión,
yo os puedo ayudar
si lo que queréis es cruzar.
(Señalando hacia una curva del río).
Con ramas que recogeré,
en esa curva construiré
una
pequeña empalizada,
y
quedará el agua estancada
el
tiempo justo y preciso
para
que crucéis tras mi aviso.
Ratón: (Exultante de alegría)
¿Qué es lo que acabo de oír?,
¿podremos al fin seguir?,
¡que alegría!, ¡que satisfacción!,
¡me embarga la emoción!.
No se
como os podré pagar
todo
lo que me vais a ayudar,
empezaba
ya a pensar
que
no volvería a mi hogar.
Castor: Nada me has
de pagar,
en
este lugar
nunca le cobramos
a
quien ayudamos.
Y
ahora manos a la obra
que
no hay tiempo de sobra.
(Se
dirige Castor al fondo del escenario, y comienza a trabajar junto al río,
moviendo ramas y pequeños troncos).
Barrufet: Una vez que
hayas cruzado
tu
casa casi habrás alcanzado,
hallarás
la dirección
con una breve indicación.
Seguirás
primero
un
pequeño sendero,
que
cruza una cañada
ahora
abandonada.
Subirás
después
hacia
un gran ciprés,
rodeado
de matorrales
zarzas
y rosales.
Para
ascender finalmente
una
pequeña pendiente
en
la misma dirección
hasta
llegar a un peñón.
Hallarás
allí un saliente
desde
allí si miras a oriente
podrás
por fin divisar
a
lo lejos tu hogar
(Comienza
a sonar música de fondo, 11º movimiento de “Las cuatro estaciones” de Vivaldí,
la música se prolongará durante las próximas intervenciones de “Ratón” y
“Barrufet”, aproximadamente 1´15”, y
enmudecerá al llegar a la próxima intervención de “Castor”)
Ratón: Por
tus palabras entiendo
que
te estás despidiendo.
Barrufet: Yo no debo
cruzar
también
aquí está mi hogar,
el
dique se podría romper
y
ya no podría volver.
Ratón: Entiendo
tu decisión,
pero
me causa gran desolación,
han
sido dos días muy especiales
intensos
y joviales.
Me
mostraste día a día
la
magia y la fantasía,
y
conocí la belleza
que
atesora la naturaleza.
La
utopía y la ilusión
se
impusieron a la razón,
aprendí
que con la imaginación
se
sale de cualquier situación.
Barrufet: Algo te he de
confesar,
a
ti no te puedo engañar,
cuando
hablé de magia y fantasía
en
cierto modo mentía.
Únicamente lucía
lo
que aquí ocurre cada día
durante
la primavera,
sin
que magia hubiera,
es
que al venir de la ciudad
suponía
para ti una novedad,
y
a ti te parecía especial
lo
que aquí es habitual.
Ratón: No
te debes sentir mal,
convertir en especial
lo que ocurre cada día
es alcanzar la utopía.
Castor: Al fin
conseguí terminar,
no quisiera molestar
en
esa bonita despedida,
la
empalizada está construida.
Debéis
rápido cruzar,
se
volverá a desbordar
si
el río sigue creciendo
y
os seguís entreteniendo.
(Comienza a sonar música de fondo,
12º movimiento de “Las cuatro estaciones” de Vivaldí, la música se prolongará
hasta el final de la obra, aproximadamente 33”).
Ratón: Te
estaré siempre agradecido
por
todo lo ocurrido,
te
prometo pronto volver
y
a mi familia podrás conocer.
(Ratón cruza el río, ambos desde
cada orilla se despiden diciéndose adiós con la mano, pero de forma
inesperada…)
Barrufet: Espera .
(Lanzándole un pequeño colgante que él mismo
lleva)
Lleva
siempre este talismán,
perteneció
a un gran chamán,
te
servirá de protección
en
cualquier situación.
(Siguen
despidiéndose con la mano, la música sigue sonando incluso cuando baja el
telón).
***