(Verso ya está en el escenario,
situado de nuevo en su lugar. Al fondo
una imagen del bosque en primavera anocheciendo. Finalizadas las estrofas de
“Verso”, entran en escena “Barrufet” y “Ratón” caminando).
Verso: Se
dirigieron al refugio de ardilla,
que sin ser una maravilla,
para este humilde roedor
resulta enormemente acogedor.
Y con el hambre
ya saciada,
pues no dejaron nada
de esa suculenta cena,
se despidieron con pena.
Continúan su
camino
en pos de su destino
y casi por sorpresa
de la noche son presa .
Barrufet: La noche está
llegando,
debemos ir pensando
en buscar un lugar
donde poder descansar.
Ratón: En la ciudad, con la impunidad
que nos da la oscuridad
salimos de nuestra guarida
para buscar ahora la comida.
Barrufet: (Señalando)
Debajo
de esa rama
haremos una cama,
al abrigo de esos arbustos
tan frondosos y robustos.
Haremos con la maleza un montón
para que nos sirva de colchón,
y con esa hierba amontonada
nos haremos una almohada.
(Hacen lo que han acordado y se recuestan a
descansar).
Ratón: En este largo día
con tu hechicería
y tantas novedades
aprendí mil curiosidades.
Barrufet: No des por
acabada la jornada,
créeme, aún no has visto nada,
aún tendrás oportunidad
de disfrutar de algo más.
Ratón: Cuanta expectación!
No
salgo de la emoción.
(Barrufet señala hacia una luciérnaga que
cruza volando delante de ellos).
Barrufet: Mira aquello
que brilla,
una nueva maravilla,
se ilumina al final del día
con su propia energía.
(Tras unos instantes de observar la
luciérnaga lleno de sorpresa).
Ratón: ¡Que extraño
ser!.
No lo logro entender,
sin ayuda, por si sola,
luce como una farola.
Barrufet: Luciérnaga es
su nombre.
Insisto, no te asombres,
te dije que en este lugar
la magia podemos usar.
Verso: Aparecen a dúo
Lechuza y Búho,
dos aves de la noche
en un continuo reproche.
(Irrumpen Búho y Lechuza. Ella le increpa con
grandes aspavientos, dándole incluso manotazos con cada recriminación. Él se
defiende como puede, cubriéndose de los manotazos con sus alas).
Lechuza: Te he vuelto
a pillar,
ahora no lo puedes negar,
estabas embobado
mirando hacia ese lado.
Búho: No mi amor
estás
en un error.
Lechuza: Pero si te he
pillado,
estabas pasmado.
¡Que desfachatez!,
me lo niega otra vez.
¿Te doy más datos?,
con los ojos como platos
mirando
a esa pelagata
que ante nada se recata.
Búho: Mis ojos tienen esa peculiaridad
para poder ver en la oscuridad,
y los tuyos también,
Pero.., si tú lo sabes bien.
Lechuza: No me cuentes
ese cuento,
estas en todo momento
con la mirada embobada
sin querer hacer nada.
Búho: (armándose de paciencia)
Son
ganas de estar enfadada,
estas muy equivocada ,
yo no miro nada
que no seas tú, mi amada.
(De pronto lechuza se percata de la
presencia de Barrufet y Ratón, y se dirige hacia ellos).
Lechuza: ¡Pero bueno,
que emoción!,
acompañado de un ratón
nuestro
amigo el duende,
esto si que me sorprende.
¿Qué te trae por este lugar
tan lejos de tu hogar
y en tan buena compañía?,
si no es descortesía.
Barrufet: Mi amigo se
ha perdido,
todo esto para él es desconocido,
y yo le ayudo a encontrar
el camino de vuelta a su hogar.
Lechuza: (Con cierto tono de
sarcasmo)
Como me ha contrariado
que se haya extraviado
ese suculento bocado
que tienes a tu lado.
Barrufet: Reconozco en
tu mirada
algo que no me gusta nada,
quítate eso de la cabeza,
no será para ti una pieza.
Lechuza: ¿Qué puedo
hacer?,
¿Qué debo comer?,
soy una lechuza,
¿
acaso merluza?.
Barrufet: No es
precisamente tu dieta
que digamos muy completa,
y
es mucho menos saludable
si se mantiene inalterable.
Hay otras cosas que puedes saborear
sin que al prójimo tengas que acosar,
fresas, peras, y manzanas,
nueces, almendras y avellanas.
Lechuza: Estoy muy
atareada
y con hablar no gano nada,
dejemos estos razonamientos
para mejores momentos.
Esta vez se ha librado
porque hoy ya he cenado,
pero de nada servirá tu mediación
en la próxima ocasión.
(Se dirige ahora a Búho)
Vamos ya para casa
y me contarás que pasa,
que ya no eres persona
mirando a esa lagartona,
desde que aparece
en cuanto anochece.
(Lechuza y Búho abandonan la
escena, ella sigue dándole empellones y él se cubre como puede).
Ratón: Una pareja chocante,
y
un tanto extravagante.
Barrufet: Debes tener
cuidado
cuando pases a su lado,
no perderán ni un momento
para hacer de ti su alimento.
Ratón: ¿Cuál era la razón
de
su acalorada discusión?.
Barrufet: Lechuza por
fin se ha enterado
de que Búho se ha enamorado
de una estrella
que al brillar
le ha llegado a deslumbrar.
Es tal su devoción
que no pierde la ocasión
y no deja que llegue el día
sin que le recite una poesía.
Ratón: ¿Cuál es esa estrella
que
se muestra tan bella?.
Barrufet: Se hace
llamar luna,
brilla como ninguna,
y luce con tal fulgor
que ciega su resplandor.
Cuando la empiezas a observar
te acabas por enamorar,
utiliza toda su brujería
de noche y de día.
.
Ratón: ¿Que
puede utilizar
para conseguir forzar
ese noble sentimiento,
acaso un encantamiento?.
Barrufet: Con tal
brillo titila
que a todos encandila,
y es tan firme su centellear
que llega a embelesar.
Ratón: (Con cierto tono de arrogancia)
Quiero comprobar por mi mismo
ese cruel mecanismo
por el que sólo con brillar
puede llegar a embrujar.
Hacia donde debo mirar
para poder localizar
esa gran estrella
que decís tan bella.
Barrufet: (En tono de
advertencia)
Aunque te creas valiente
pecas de inconsciente,
todo el que antes lo hizo
sucumbió ante su hechizo.
Pero si quieres probar
por mí no ha de quedar.
(Al fondo del escenario aparece una coqueta
luna que sube lentamente al ritmo del 4º movimiento de “Las cuatro estaciones”
de Vivaldi, durante unos 60 segundos, sin llegar a donde los acordes se
aceleran.).
Verso: Tumbados desde la cama
se dijeron hasta mañana,
y miraron con obcecamiento
hasta llegar al aturdimiento.
Dormirán bajo las estrellas,
observándolas, tan bellas,
la que mas, la luna,
que brilla como ninguna.
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