sábado, 5 de marzo de 2016

Barrufet y el ratón. (Historia de una amistad en cinco actos) Acto I. El encuentro


 (Se oye música, el primer movimiento de “Las cuatro estaciones” de Vivaldi durante aproximadamente 30 segundos. Al fondo imagen del bosque en primavera, a la izquierda en un segundo plano, un duende, sentado en el suelo apoyado en  una enorme seta, muestra claramente que disfruta con la música, sigue su ritmo con el movimiento de los brazos y la cabeza. Al finalizar la música entra en escena “Verso”, un personaje vestido como el presentador de un circo, se coloca en un primer plano a la derecha del escenario.)

Verso:             Me voy a presentar,
            verso me suelen llamar,
            y una historia os quiero contar
            que seguro os va a gustar.
Una historia entre un ratón
y un duende de gran corazón.
Barrufet es un duende
al que nadie comprende,
y que a menudo presumía
de nociones de hechicería,
pero todo el mundo sabía
que era sólo palabrería.
En el bosque vivía
de noche y de día,
dentro de una seta,
azul, rosa y violeta,
junto a un gran abeto,
distinguido y coqueto,
en la falda de un collado
ventilado y soleado.

(Entra en escena Ratón, andando con paso inseguro y sollozando, mira a su alrededor intentando identificar el lugar, al verlo Barrufet se levanta y poco a poco se acerca a él).

En cierta ocasión
se cruzó con un ratón,
triste y compungido
porque andaba perdido,
con mucho candor
le preguntó al roedor.

Barrufet:        ¿Cuál es la razón
de esa desazón?.

Ratón:            Sin haberlo preparado
extraviado he llegado
a este extraño paraje,
y sin ningún equipaje.
Estoy totalmente perdido,
y no conozco el recorrido
de vuelta a mi hogar,
ni quien me pudiera ayudar.

Ratón:           ¡Qué barbaridad!,
¿de qué extraño lugar
has podido infeliz llegar
si este te hace extrañar?.

Ratón:            De un lejano y extraño lugar
que los hombres llaman ciudad,
sufriendo enorme tormento
en un extraño invento
que se conoce por coche,
viajando toda la noche.

Barrufet:        Largo camino has de recorrer
si  pretendes ahora volver
a ese lejano lugar
donde tienes tu hogar.

Ratón:            Lo tengo que intentar,
            no debes olvidar
            que es familia y hogar
            lo que he de recuperar.

Barrufet:        Si necesitas ayuda
            no tengas ninguna duda,
            estas frente al mejor guía
            y en la mejor compañía.
            Hacia cualquier destino
puedo encontrar el camino
            con la menor distancia,
            gracias al poder de mi magia.

Verso:            Tras esta afirmación
            se observa una expresión
            de gran satisfacción
            en el rostro del ratón,  
            aunque cierta preocupación
            hace su aparición
            por la breve alusión
            a los poderes de adivinación.
  
Ratón:            (Su expresión pasa a ser alegre)
            Para mi representaría
            una gran alegría
            que me pudieras guiar
            de vuelta a mi hogar.

Barrufet:        Basta de palabrería
            que se acaba el día,
            dejemos de hablar
            y comencemos a andar.
            No sólo te guiaré,
            un atajo te mostraré
            en el que podrás disfrutar
            de la belleza de este lugar.

Verso:             Afirma exultante
            Barrufet al instante,
y comienzan a caminar juntos
            hablando de sus asuntos,
            de esto y de aquello,
            de lo feo y de lo bello,
            de aquello y de esto,
                        de lo bello y del resto.

(Comienzan a caminar mientras hablan, muy despacio, a cada paso paran para hablar, hasta que salen de escena).

Ratón:            Estas muy convencido
            de conocer el recorrido,
            sin haber estado previamente
            en la ciudad, ni con su gente,
            ¿que te hace pensar
            que no te vas a equivocar?      

Barrufet:        Cuento con una gran ayuda
            que me resolverá cualquier duda
            que pueda surgir en el camino,
            es el más grande adivino,
            con su talento y sabiduría
            nos dará consejo y guía.

Ratón:            ¿Quién es ese adivino
                        con un poder tan divino?

Barrufet:        Grandes honores merece,
            de apellidos carece,
de títulos no hace gala,
            y sólo como Sol se le señala.

Ratón:           ¿Cómo sin hablar
            podrá el sol indicar
            como podremos llegar 
            de vuelta a mi hogar?.

Barrufet:        Cambiando de posición
            nos dará la orientación
            a lo largo de la jornada
            de la ruta indicada.

Ratón:            Debe ser un eufemismo,
                        no entiendo el mecanismo
            por el que según su lugar
            nos puede él orientar.

Barrufet:        Te aclararé yo mismo
            esto que llamas eufemismo.
Durante toda el alba,
            por el este cabalga.
            Cuando llega el mediodía,
            hacia el norte nos guía.
            Al llegar al atardecer,
            por el oeste ha de desaparecer.
  
Ratón:            Tú lo creerás sencillo,
                        pero yo no lo pillo.

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